http://www.youtube.com/watch?v=hMPDmALkTZ4&feature=player_embedded
El último fin de semana de octubre hice un viaje relámpago
con destino Millau junto a Pep y mi madre que serían mis grandes puntales para
esa competición, en todo momento estaban a mi lado, solamente los veía en los
avituallamientos pero parecía que hubieran corrido siempre conmigo hasta cruzar
la meta, este era el objetivo de la jornada, disfrutar de un nuevo lugar,
recobrar buenas sensaciones corriendo y llegar a meta con ello ya tenía
suficiente y así fue.
Des de Cavalls del Vent que no pude correr por la muerte de
mi abuelo me vine un poco abajo. Así que en esta carrera de Templiers buscaba
la esperanza de volver a disfrutar corriendo, de sentir confianza conmigo misma
de reencontrarme con aquél sentimiento que sólo me viene a mí cuando me adentro
por bosques, pistas, senderos, montañas y ríos ya que en los últimos entrenos
salía a correr y sólo hacía esto, CORRER!! Nada más, con apenas ilusión y esto
no me llenaba lo suficiente, la ilusión, los nuevos objetivos y batallas para
estar entrenando día a día, poder estar ante una salida en una carrera es lo
que realmente merece la pena para mí, sin ello, sin disfrutar del momento, del
día a día no vale para nada, sólo para desgastarse más.
Hecha esta introducción el sábado por la mañana salimos para
emprender el viaje que con poco más de cinco horas en coche nos llevaría hasta
Millau - Grans Causses (Parque natural), dónde se organizaba el Festival des
Templiers con 10 carreras para todos los gustos con distintas distancias, mi
elección fue la de 71 km,
Les Templiers, que aunque no pudiera puntuar ya en el campeonato de
ultramarathon World series, en un principio esta era la idea. Tendremos que
esperar a la nueva temporada.
Fuimos a recoger mi dorsal antes de comer, visitamos muy
brevemente el salon du trail que estaba de lujo y luego a comer.
Las previsiones para el fin de semana no anunciaban lluvia
pero si mucho frío y este ya se hacía notar, más que nada por el fuerte viento
que soplaba.
A media tarde nos fuimos Millau para ir en busca del pueblo
(Le Caylar) donde teníamos la reserva para pasar la poca noche, digo poca porqué
tocaba levantarse a las 3h para ir hacia la salida, esta la daban a las 5 y 15’ de la madrugada, Que duro
esto!!! Es más fácil correr cualquier ultra que no levantarse cuando uno está
calentito en la cama y a más hay un poco de nieve fuera y sopla con fuerza el
frío viento antártico. Esto es lo que sucedió!! Suena el despertador, me
preparo todo al detalle para no pasar frío, el día promete ser de lo más “fresco”…
Pep mira por la ventana y anuncia que ha nevado un pelín, yo alucino y casi no
digo nada, sólo pienso y es cuando decido ponerme la térmica ya directamente en
vez de llevarla en la mochila por si las moscas, hago buena elección.
De nuevo en camino tenemos un pequeño susto con el coche, en
una recta sin a penas correr este se va que da gusto, aunque ya estaban los de
mantenimiento de carreteras echando potasa, aquello era una auténtica pista de
hielo. Nosotros a muy reducida velocidad conseguimos llegar nuevamente a
Millau.
Ambientazo, me coloco dentro de mi cajón de salida a esperar
la hora para partir e intentar dejar atrás este frío que quiere apoderarse de
todos nosotros.
Pep me dice que si tengo frío como me harán el seguimiento y
en el km 20 nos vamos a reencontrar que lo deje ahí, no vale la pena sufrir
para no pasarlo bien, también comparto la idea, aunque no hace falta por suerte
porqué una vez ya en carrera voy bien y lo mejor, disfrutando del bello bosque
por dónde pasamos, las montañas (Rocasaltas, me encantó), los senderos y pistas
al principio muy buenos para correr.
Las 4 subidas que teníamos durante la carrera, cortas pero
intensas que te hacían sentir en la parte final los gemelos que se quejaban.
La dinámica de carrera siempre era, correr, subir de 400m
aproximadamente hasta poco más de 800m, de sopetón, es decir, en pocos kms,
luego una vez arriba podíamos correr muchos kms, juntamente con frío, nieve y
un fuerte viento amenazador que no cesaba hasta que volvíamos a perder altura a
través de fuertes pendientes embarradas, aún así muy divertidas dónde
aprovechaba para recuperarme del esfuerzo, coger aire por volver a emprender de
nuevo otra subida hasta la misma altura que os he dicho antes…
Los pueblos, maravillosos, pequeñitos y bonitos, de película.
Abarrotados de gente que serían de ahí más los acompañantes y seguidores de la
carrera.
Ya en la parte final, tal vez fue dónde mejor me lo pasé, fue
la última subida dónde más sufrí y a la vez mejor me sentí, era una pasada,
parecía que corríamos un km vertical, aquello era súper empinado y nunca perdía
de vista mi objetivo, a nuestros pies ya se veía desde hacía rato… Millau, dónde
había el portal que teníamos que cruzar.
Una vez arriba en una antena, que el día antes no paré de
mirar pensando… Una vez esté ahí ya estará sólo bajada y hasta el final…
Así fue, cogí la primera parte de la bajada un poco
atemorizada porqué era empinada y resbalaba debido al barro, sin darte cuenta ya estabas con
los dientes en el suelo, no me pasó pero de los pelos me vino. Una vez ya te
quedaban unos 2 km
hasta meta la bajada se suavizaba poco pero se convertía en pista más ancha y
de buen pisar por la gran cantidad de corredores que habían llegado a pasar por
ahí con toda la multitud de carreras.
Bajaba yo creo como Heidi y sus cabras, con una fuerza
imparable para poder ver la cara de la gente que se veía ahí abajo pero
sobretodo quería ver los rostros de mí madre y Pep que llevaban rato ahí
esperando con sus cámaras para poder capturar el momentazo de cruzar la meta.
10 horas 26 minutos, tiempo muy discreto y mejorable en un
futuro.
Comí un poco para recuperarme del esfuerzo y nada, cogimos
el coche y hasta Manresa que a la mañana tocaba trabajar.
Cuando me metí en la cama fue cuando pensé: Ahora he llegado
a meta!! Dormí como un lirón!!
Ahora ya a soñar con la Everest Trail Race que el día
11 de noviembre partimos para Nepal para empezar con esta futura aventura ya conocida el año pasado y con lo que me llevé de esta magnífica prueba vuelvo para reencontrarme con las sensaciones
inmensamente bellas del año anterior, fue lo mejor de mi vida en cuánto a experiencias vividas en carreras a lo largo de los años que llevo corriendo.
Clasificaciones:
http://www.vo2.fr/sarbacane/newsletters/templiers2012/TEM_Scratch.pdf
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