EVEREST TRAIL RACE

EVEREST TRAIL RACE
Admirant els pilars del món!!

jueves, 1 de noviembre de 2012

LA GRANDE COURSE DES TEMPLIERS

De nuevo aquí para contaros otra de mis aventuras, esta vez en tierras francesas, para empezar con mi relato antes os dejo un pequeño vídeo dónde os llevará de lleno a ello y después os invito a leer mis sensaciones:

http://www.youtube.com/watch?v=hMPDmALkTZ4&feature=player_embedded


El último fin de semana de octubre hice un viaje relámpago con destino Millau junto a Pep y mi madre que serían mis grandes puntales para esa competición, en todo momento estaban a mi lado, solamente los veía en los avituallamientos pero parecía que hubieran corrido siempre conmigo hasta cruzar la meta, este era el objetivo de la jornada, disfrutar de un nuevo lugar, recobrar buenas sensaciones corriendo y llegar a meta con ello ya tenía suficiente y así fue.
Des de Cavalls del Vent que no pude correr por la muerte de mi abuelo me vine un poco abajo. Así que en esta carrera de Templiers buscaba la esperanza de volver a disfrutar corriendo, de sentir confianza conmigo misma de reencontrarme con aquél sentimiento que sólo me viene a mí cuando me adentro por bosques, pistas, senderos, montañas y ríos ya que en los últimos entrenos salía a correr y sólo hacía esto, CORRER!! Nada más, con apenas ilusión y esto no me llenaba lo suficiente, la ilusión, los nuevos objetivos y batallas para estar entrenando día a día, poder estar ante una salida en una carrera es lo que realmente merece la pena para mí, sin ello, sin disfrutar del momento, del día a día no vale para nada, sólo para desgastarse más.

Hecha esta introducción el sábado por la mañana salimos para emprender el viaje que con poco más de cinco horas en coche nos llevaría hasta Millau - Grans Causses (Parque natural), dónde se organizaba el Festival des Templiers con 10 carreras para todos los gustos con distintas distancias, mi elección fue la de 71 km, Les Templiers, que aunque no pudiera puntuar ya en el campeonato de ultramarathon World series, en un principio esta era la idea. Tendremos que esperar a la nueva temporada.


Fuimos a recoger mi dorsal antes de comer, visitamos muy brevemente el salon du trail que estaba de lujo y luego a comer.
Las previsiones para el fin de semana no anunciaban lluvia pero si mucho frío y este ya se hacía notar, más que nada por el fuerte viento que soplaba.

A media tarde nos fuimos Millau para ir en busca del pueblo (Le Caylar) donde teníamos la reserva para pasar la poca noche, digo poca porqué tocaba levantarse a las 3h para ir hacia la salida, esta la daban a las 5 y 15’ de la madrugada, Que duro esto!!! Es más fácil correr cualquier ultra que no levantarse cuando uno está calentito en la cama y a más hay un poco de nieve fuera y sopla con fuerza el frío viento antártico. Esto es lo que sucedió!! Suena el despertador, me preparo todo al detalle para no pasar frío, el día promete ser de lo más “fresco”… Pep mira por la ventana y anuncia que ha nevado un pelín, yo alucino y casi no digo nada, sólo pienso y es cuando decido ponerme la térmica ya directamente en vez de llevarla en la mochila por si las moscas, hago buena elección.


De nuevo en camino tenemos un pequeño susto con el coche, en una recta sin a penas correr este se va que da gusto, aunque ya estaban los de mantenimiento de carreteras echando potasa, aquello era una auténtica pista de hielo. Nosotros a muy reducida velocidad conseguimos llegar nuevamente a Millau.
Ambientazo, me coloco dentro de mi cajón de salida a esperar la hora para partir e intentar dejar atrás este frío que quiere apoderarse de todos nosotros.
Pep me dice que si tengo frío como me harán el seguimiento y en el km 20 nos vamos a reencontrar que lo deje ahí, no vale la pena sufrir para no pasarlo bien, también comparto la idea, aunque no hace falta por suerte porqué una vez ya en carrera voy bien y lo mejor, disfrutando del bello bosque por dónde pasamos, las montañas (Rocasaltas, me encantó), los senderos y pistas al principio muy buenos para correr.
Las 4 subidas que teníamos durante la carrera, cortas pero intensas que te hacían sentir en la parte final los gemelos que se quejaban.

La dinámica de carrera siempre era, correr, subir de 400m aproximadamente hasta poco más de 800m, de sopetón, es decir, en pocos kms, luego una vez arriba podíamos correr muchos kms, juntamente con frío, nieve y un fuerte viento amenazador que no cesaba hasta que volvíamos a perder altura a través de fuertes pendientes embarradas, aún así muy divertidas dónde aprovechaba para recuperarme del esfuerzo, coger aire por volver a emprender de nuevo otra subida hasta la misma altura que os he dicho antes…
Los pueblos, maravillosos, pequeñitos y bonitos, de película. Abarrotados de gente que serían de ahí más los acompañantes y seguidores de la carrera.




Ya en la parte final, tal vez fue dónde mejor me lo pasé, fue la última subida dónde más sufrí y a la vez mejor me sentí, era una pasada, parecía que corríamos un km vertical, aquello era súper empinado y nunca perdía de vista mi objetivo, a nuestros pies ya se veía desde hacía rato… Millau, dónde había el portal que teníamos que cruzar.
Una vez arriba en una antena, que el día antes no paré de mirar pensando… Una vez esté ahí ya estará sólo bajada y hasta el final…
Así fue, cogí la primera parte de la bajada un poco atemorizada porqué era empinada y resbalaba  debido al barro, sin darte cuenta ya estabas con los dientes en el suelo, no me pasó pero de los pelos me vino. Una vez ya te quedaban unos 2 km hasta meta la bajada se suavizaba poco pero se convertía en pista más ancha y de buen pisar por la gran cantidad de corredores que habían llegado a pasar por ahí con toda la multitud de carreras.
Bajaba yo creo como Heidi y sus cabras, con una fuerza imparable para poder ver la cara de la gente que se veía ahí abajo pero sobretodo quería ver los rostros de mí madre y Pep que llevaban rato ahí esperando con sus cámaras para poder capturar el momentazo de cruzar la meta.


10 horas 26 minutos, tiempo muy discreto y mejorable en un futuro.
Comí un poco para recuperarme del esfuerzo y nada, cogimos el coche y hasta Manresa que a la mañana tocaba trabajar.
Cuando me metí en la cama fue cuando pensé: Ahora he llegado a meta!! Dormí como un lirón!!
Ahora ya a soñar con la Everest Trail Race que el día 11 de noviembre partimos para Nepal para empezar con esta futura aventura ya conocida  el año pasado y con lo que me llevé de esta magnífica prueba vuelvo para reencontrarme con las sensaciones inmensamente bellas del año anterior, fue lo mejor de mi vida en cuánto a experiencias vividas en carreras a lo largo de los años que llevo corriendo.

Clasificaciones:
 http://www.vo2.fr/sarbacane/newsletters/templiers2012/TEM_Scratch.pdf